El semáforo, cien años guiando a conductores y peatones
¿Sabías que el concepto en el que se basa esta señal de tráfico es más antiguo que el propio automóvil? Y es que ya en 1868 existían en Londres candiles de gas con luces de diferentes colores -roja y verde- para organizar el movimiento de los carruajes tirados por caballos. Esta señal era manejada por la noche por un policía.
Pero tuvo que pasar casi medio siglo para que el semáforo actual fuera inventado en Ohio. En 1904 Lester Wire y Garrett Morgan fueron los encargados de poner en marcha este instrumento lumínico que pocos años después se convertiría en imprescindible para conductores y peatones.
Hoy, el semáforo es un elemento más de las ciudades de todo el mundo. Sólo en Alemania existen más de un millón y medio, lo que implica que si un viandante o un coche pasaran por todos ellos, encontrándolos en rojo, tendría que esperar tres años.
El mecanismo de funcionamiento del semáforo está basado en algoritmos matemáticos, pero a nosotros nos basta con conocer el significado de su código de colores, que conviene explicar a nuestros hijos lo antes posible.
Una buena idea es planteárselo como un juego para que los aprendan e interioricen. A la vez, haremos hincapié en el significado del rojo, parar, y del verde, pasar. Es necesario recordar e insistir mucho a los más pequeños que el verde significa que se puede cruzar, eso sí siempre de la mano de un adulto y no sin antes mirar bien a ambos lados de la vía por si vienen coches.
Existen diversas canciones que pueden reforzar el mensaje de los colores y de la importancia de cruzar la calle con mucha precaución. Ahora, ¡tenemos luz verde para compartir este post!
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